La práctica de las artes marciales es un viaje que implica una serie de procesos y etapas fundamentales. Cada etapa contribuye al crecimiento y desarrollo del practicante, tanto en habilidades técnicas como en fortaleza mental y espiritual. Desde el aprendizaje de los movimientos básicos hasta el dominio de técnicas avanzadas, las artes marciales ofrecen una estructura de progreso que fomenta la disciplina, la paciencia y el respeto.
En este camino, se dice que todos los practicantes deben conocer a sus tres maestros: el maestro físico, el maestro interno y el maestro secreto. El maestro físico es la guía tangible, el instructor que enseña y corrige las técnicas, proporcionando conocimiento y dirección. Este maestro es esencial para el aprendizaje correcto y la evolución técnica del practicante.
Por otro lado, el maestro interno representa la voz interior del practicante, su conciencia y autoconocimiento. Este maestro guía en el entendimiento de las propias limitaciones y fortalezas, fomentando el crecimiento personal y la auto-mejora. Finalmente, el maestro secreto es aquella fuente de sabiduría que se revela a través de la experiencia y la introspección, ofreciendo lecciones valiosas que trascienden el dojo y se aplican a la vida diaria. Conocer y aprender de estos tres maestros es crucial para alcanzar una comprensión profunda y holística de las artes marciales.